2012/05/18

El arpa


Así que es verdad, pensó, es realmente cierto. Tras un riachuelo Toni y su perro contemplaban el arpa de oro. Toni, maravillado, deseaba con todas sus fuerzas verla de más cerca. Pero el riachuelo se lo impedía. De pronto, unas piedras de plata se juntaron creando un pequeño puentecillo. Toni, poco a poco, fue cruzando el puentecillo, pero al llegar al otro lado del riachuelo, las piedras desaparecieron. Después de un rato, Toni empezó a caminar hacia el arpa. Al acercarse, se enteró de que alguien estaba tocando una bellísima melodía con ella. Se acercó más y descubrió que era un ser diminuto el que el que componía esa melodía tan bella y hermosa. Ni siquiera savia que era ni de donde venia ese extraño y diminuto ser. Entonces se acercó aún más y le preguntó:
-¿Quien eres tú?
-Soy Mogger, el duende de las plantas.
-¿De donde vienes?
-Del corazón de este bosque llenos de seres como yo.
¿Y este arpa es tulla?
-No, es de todos los que vivimos aquí.
Entonces Mogger llamó a todos sus amigos y amigas, de todos los rincones del bosque salieron seres aún más raros que Mogger. Tomi, maravillado, se hizo amigo de todos esos seres. Pero al volver a casa, Mogger le regaló el arpa de oro, y le dijo que podía ir a visitarles siempre que quisiera.

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