Así que es
verdad, pensó, es realmente cierto. Tras un riachuelo Toni y su
perro contemplaban el arpa de oro. Toni, maravillado, deseaba con
todas sus fuerzas verla de más cerca. Pero el riachuelo se lo
impedía. De pronto, unas piedras de plata se juntaron creando un
pequeño puentecillo. Toni, poco a poco, fue cruzando el puentecillo,
pero al llegar al otro lado del riachuelo, las piedras
desaparecieron. Después de un rato, Toni empezó a caminar hacia el
arpa. Al acercarse, se enteró de que alguien estaba tocando una
bellísima melodía con ella. Se acercó más y descubrió que era un
ser diminuto el que el que componía esa melodía tan bella y
hermosa. Ni siquiera savia que era ni de donde venia ese extraño y
diminuto ser. Entonces se acercó aún más y le preguntó:
-¿Quien eres
tú?
-Soy Mogger, el
duende de las plantas.
-¿De donde
vienes?
-Del corazón
de este bosque llenos de seres como yo.
¿Y este arpa
es tulla?
-No, es de
todos los que vivimos aquí.
Entonces Mogger
llamó a todos sus amigos y amigas, de todos los rincones del bosque
salieron seres aún más raros que Mogger. Tomi, maravillado, se
hizo amigo de todos esos seres. Pero al volver a casa, Mogger le
regaló el arpa de oro, y le dijo que podía ir a visitarles siempre
que quisiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario